La ovinocultura es una actividad que ha estado vigente en el sector
agropecuario en Colombia y se ha mantenido tradicionalmente gracias a
que la oveja es una especie que responde en producción aceptable,
teniendo en cuenta que su manejo se ha mantenido con poco o ningún nivel
de tecnificación.
Las explotaciones ovinas en su mayoría han prevalecido bajo un sistema
de producción extensiva, en el cual los animales permanecen juntos en
rebaños todo el año, restringiendo su manejo a recoger los animales para
protegerlos de robos y ataques de otros animales y al sacrificio
eventual para comercio local. Otras explotaciones tienen como principal
producto la lana, dejando la carne en segundo lugar.
Como resultado de este deficiente manejo se puede observar un grave
problema de consanguinidad en los rebaños, notoria disminución de la
producción de carne, pérdida de material genético valioso, sacrificio de
hembras aptas para reproducción y aspectos de mercado completamente
desenfocados de la realidad actual.
Gracias al interés que ha despertado la especie, la perspectiva de
negocio y al impulso de varias organizaciones en mejorar eficientemente
la ovinocultura orientada hacia la producción de carne, se puede afirmar
que esta actividad será sin duda una de las de mayor desarrollo y
generará fuentes de recursos y permanencia en el campo, constituyéndose
como una de las especies con mayor futuro para el sector pecuario en
Colombia.
MITOS ACERCA DE LA PRODUCCION
Históricamente la oveja ha acompañado al pequeño productor en Colombia,
situación que le ha favorecido porque es una fuente de ingresos y
alimento a su familia. A pesar de ello, en ciertos sectores goza de mala
reputación debido al mal manejo que ha recibido y al desconocimiento de
la especie.
En algunos casos se ha asegurado que la oveja desgasta los suelos
haciéndolos infértiles, debido principalmente al mecanismo de captura de
alimento y a la baja ividad de fuentes de comida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario